"EL CURA DE ARS" Francis Trochu

 

Título: EL CURA DE ARS

Autor: FRANCIS TROCHU

Resumen:

Esta obra, excepcional en literatura hagiográfica, nos brinda los hechos sin comentarios superfluos, con un poder de evocación y una llama sobrenatural que nos muestra la acción continua de Dios.

"Desde el seminario quedé impresionado por la figura del Cura de Ars, sobre todo, por la lectura de su biografía, escrita por Monseñor Trochu". Juan Pablo II 

La aldea de Ars está a 35 km de Lión. El Rdo. Vianney llegaba procedente de Ecully, en cuya parroquia había sido coadjutor. Al acercarse a la aldea, era tanta la niebla, que el santo cura se extravió. Encontró a unos niños que cuidaban sus ovejas. Uno de ellos, llamado Antonio Grive, indicó al cura el camino. "Amiguito, díjole el sacerdote, tú me has mostrado el camino de Ars; yo te mostraré el camino del cielo". 

Un día, después del catecismo, mientras tomaba su ligera refección de pie delante de un pequeño armario que le servía de mesa, creyendo sin duda estar solo -no había advertido que Juana-María Chanay estaba en la cocina-, comenzó a decir entre suspiros: "¡No he visto a Dios desde el domingo!". Se sobresaltó cuando Juana-María, que lo había oído todo, le preguntó: "¿Antes del domingo lo veía usted?". El bueno del santo, todo confuso, al verse cogido en sus propias palabras, no le respondió.

Al llegar la noche, se tendía en su jergón. Comenzaba ya a conciliar el sueño, cuando de súbito se sobresaltaba y era sacado de su reposo por unos gritos, lúgubres voces y golpes formidables. De repente, sin que se moviese un pestillo, el Cura de Ars se daba cuenta, con horror, de que el demonio estaba junto a él. "Yo no le decía que entrase -contaba medio en broma medio en serio-, pero él entraba como si se lo hubiese dicho". 

Para escribir esta obra, el autor ha utilizado una documentación exigentemente histórica: las piezas del Proceso de Canonización y abundantes documentos inéditos. El estilo límpido y sobrio nos brinda los hechos sin comentarios superfluos, con un poder de evocación y una llama sobrenatural que nos muestra la acción continua de Dios.

Opinión personal:

Realmente increíble la historia de este pedazo de santo de humildad extrema.

Es conmovedora la historia de su vida. Resulta imposible no llorar en muchas ocasiones por el derroche de bondad de este humilde cura. Sus obras, sus acciones y su entrega a los pobres y por la salvación de las almas, nos hacen amar a este santo, a través de cuya intercesión el Señor y la Santísima Virgen  obraron numerosos milagros, tantos, que aún narrándose muchos de ellos en este libro, no son todos ni de lejos, además de los que se siguen haciendo por su intercesión.

Su festividad se celebra el 4 de agosto. Ese día del año 1859 fue llamado a la Casa del Padre. 

Menciono el año de su partida porque tan solo un año antes, el 11 de febrero de 1858 la Santísima Virgen María se apareció por primera vez en Lourdes a Bernadette Soubirous. 

También unos años antes, en 1846 en La Salette, y también en Francia, se apareció la Santísima Virgen a dos pastorcillos, Melania y Maximino. Al niño le llevaron en una ocasión ante la presencia del santo cura.

Otro hecho relevante de esa época fue cuando el 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX (Pío nono), declaró el dogma sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen con la bula "Ineffabilis Deus".

Con quién también tuvo cercanía fue con Pauline Jaricot, cuya beatificación está anunciada próximamente, fundadora de las Obras Misionales Pontificias (DOMNUND). Una historia la suya también muy interesante.

También en el año 1858 nacía Charles de Foucauld,  cuya canonización también está próxima.

Sin restar protagonismo al verdadero protagonista de este libro, a San Juan María Vianney, y patrono de los sacerdotes, he querido mencionar a estas personas y hechos contemporáneos del Santo Cura de Ars, algunas se mencionan en el libro, otras no, porque, a saber por qué el Señor permite estas "coincidencias" ¿será casualidad?...